viernes, 26 de octubre de 2007

La Iglesia opinó sobre el sufragio


Convocó a participar de los comicios en un clima de "serenidad y libertad", y le pidió a los fieles que con su voto no vulneren principios "innegociables", como el valor de la vida, la libertad religiosa y la vigencia de la familia y del matrimonio.

La Iglesia católica convocó a participar de los comicios en un clima de "serenidad y libertad", y le pidió a los fieles que con su voto no vulneren principios que considera "innegociables", como el valor de la vida, la libertad religiosa y la vigencia de la familia y del matrimonio. Así lo hicieron la Conferencia Episcopal Argentina, varios obispos y la Acción Católica, quienes pidieron votar "a conciencia" por candidatos que manifiesten "su compromiso por el bien común del país".
Los religiosos señalaron que "el voto de cada uno vale" y que "es el modo de asumir responsabilidad en el momento de elegir a quienes tendrán la misión de gobernar y legislar para el bien de todos". Advirtieron también que hay principios "innegociables" para los cristianos, como el valor "trascendente e inviolable de la persona y de la vida", la "libertad religiosa", la "igualdad e inviolabilidad de sus derechos", el "respeto a la conciencia de cada persona" y la "autoridad como servicio al bien común y de cada ciudadano".
También destacaron "los valores fundamentales de la familia y del matrimonio". "El voto debe ser una contribución al bien común, al bien de las personas, de las familias y de las diversas entidades que constituyen la sociedad civil, particularmente conociendo a quienes vamos a elegir", señaló el Episcopado, que encabeza el cardenal Jorge Bergoglio, según una información dada a conocer en un cable del servicio noticioso de la agencia AICA, que gentilmente ha hecho llegar a las autoridades de A.M.R.A.
Los religiosos pidieron además que los católicos voten por candidatos que "se comprometen por la vida en toda su extensión, desde la concepción hasta la muerte natural; promueven el cuidado de la salud de la población, especialmente de los más débiles y carecientes, y luchan contra el flagelo de la droga, que es como una mancha de aceite que lo invade todo".
También llamaron a apoyar a quienes "sostienen la dignidad de la persona, y el verdadero sentido de la familia, con sus derechos y deberes; tutelan la primacía del hombre en toda la actividad económica, dispuestos a promover las fuentes de trabajo y el derecho de los que trabajan; y si favorecen con sus propuestas a los excluidos socialmente".
Hablaron además de asegurar "el acceso a la educación como un verdadero derecho para todos, y la libertad de enseñanza, que permita a cada familia elegir la forma de educar a sus hijos".Los obispos ya habían advertido en su última declaración conjunta que "la trascendencia del acto eleccionario exige una gran transparencia, que lo aleje de prácticas demagógicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan su profundo significado y degradan la cultura cívica".
En aquel documento pidieron respetar la vida, la familia y a promover el bien común y la inclusión, al tiempo que destacaron la necesidad de respetar el federalismo e impulsar "políticas de Estado".

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