lunes, 8 de octubre de 2007

EL REGRESO DE LA MITA


UTILIZACIÓN DE INDÍGENAS PARA VOTAR

“La mita (del quechua: mit'a, 'turno de trabajo') era un sistema laboral originario de la región andina consistente en la selección de personas (indios y campesinos, normalmente) de un ayllu determinado para emplearlas en un trabajo a favor de un Estado o gobernante. El sistema fue aplicado por los españoles en los virreinatos americanos” (Wikipedia).


Según parece, la explotación de los indígenas no terminó con el fin de la conquista y la independencia de los países americanos. Con diferentes métodos, algo menos crueles, se está repitiendo en la actualidad. Prueba de ello es que acabamos de comprobar su utilización –su tramposa utilización- con fines electorales en, hasta el momento, dos distritos del país, bien alejados uno del otro.


En Formosa, la seccional local de la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA), con la firma de su secretario general, el doctor Nuncio Toscano, ha elaborado un comunicado en el que denuncia el probable fraude que, al igual que en el año 2005, se cometería en las próximas elecciones del 28 de octubre, donde nuevamente se postula a la gobernación de esa provincia el justicialista ahora kirchnerista Gildo Insfrán, que usufructúa el poder desde hace varios años.


El comunicado firmado por el doctor Toscano comienza señalando: “Los miembros de la entidad gremial a la que represento estamos preocupados por la terrible realidad de la provincia de Formosa, que cuenta con los peores índices socio-sanitarios del país (por ejemplo una mortalidad infantil de casi el 30 por mil). La provincia se encuentra bajo el gobierno de Gildo Insfrán desde 1983, quien retiene el poder con prácticas arteras y desleales que, además de la Ley de Lemas, desvirtúan los comicios año tras año”.


A continuación denuncia la serie de irregularidades que el oficialismo local pone en práctica, entre ellas: “los indígenas son encerrados días previos a la votación por los punteros políticos ‘insfranistas’, y llevados a empujones y con violencia a emitir el voto; votan los muertos; se falsifican los documentos, lo cual permite que una persona vote dos o más veces; con el mismo cometido, se traen masivamente hombres y mujeres del vecino Paraguay; se fraguan y distorsionan las actas electorales; se amenaza a los opositores mediante la policía partidaria y grupos de choque; se utiliza en forma indiscriminada los fondos y medios de prensa del Estado. Todo con absoluta impunidad, garantizado por una Justicia cómplice.


En virtud de ello, la citada agremiación médica resolvió lo siguiente: “Ante la evidencia de la posibilidad de fraude AMRA-Formosa ha decidido convocar al Carter Center, de los Estados Unidos, y al Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina, para que fiscalice las elecciones formoseñas a fin de que la voluntad del pueblo sea respetada”.


Como puede apreciarse, las trampas electorales que sufren los formoseños no están muy alejadas de las que se utilizan en la Capital Federal, el conurbano y otros puntos del país, ya que, al margen de que no en todos se utilicen indígenas, son coincidentes con otros de los puntos denunciados por el sindicato médico de Formosa.


Luna de Avellaneda


Trasladándonos desde aquella provincia del noreste argentino hasta la localidad suburbana de Avellaneda, contigua a la ciudad de Buenos Aires, nos encontramos con un panorama similar, donde también se utilizaría a indígenas para “aumentar los tantos” en materia de votación.


De acuerdo a lo consignado por el periódico digital “Info-Región”, el concejal justicialista de esa ciudad del sur del conurbano bonaerense, Alberto Roberti, -quien recientemente confirmó su apoyo al candidato a intendente kirchnerista José Alessi-, aseguró que hay fuertes presunciones de que el jefe comunal de Avellaneda, Baldomero Alvarez de Oliveira, más conocido en el ambiente político como “Cacho” Alvarez, instaurará un fraude “trayendo aborígenes de Misiones para que voten por él”.


Según Roberti, “habría entre cinco y diez mil habitantes de esos lugares con domicilio en Avellaneda que serían traídos a votar acá en micros de larga distancia, y que serían alojados por unos días en el Polideportivo José María Gatica”. En la primera vez que alguien acusa públicamente al oficialismo con un caso concreto, el concejal Roberti señaló además que “en esos tratamientos que hace el Ejecutivo, donde el hermano del intendente viaja regularmente a Misiones con contingentes que llevan a las personas que viven en reservas indígenas en Oberá frazadas y alimentos, puede haber una conexión”.


Ante la consulta de por qué aún no se ha realizado ninguna presentación ante la Justicia, el concejal indicó que cuando su sector tenga “todas las pruebas” lo anunciará “por todas partes”, indicando: “Estamos trabajando sobre eso; en todas las esquinas de la ciudad se está hablando de este tema y vamos a tomar las precauciones necesarias. Hay una presunción, estamos trabajando pero ésto corre como un reguero de pólvora en Avellaneda”.


En definitiva, otras dos muestras, en distintos puntos del país, acerca de los sucios manejos de ciertos políticos para aumentar como sea su caudal electoral.


Alguien dijo que “la política es el arte de...”, ¿de qué?. ¡Ah, sí!, es el arte de llenar de mugre las urnas, los poderes del Estado y las instituciones del país, en un “todo vale” para que logren sus fines los buitres y los hipócritas que hacen, precisamente de la política, su modo de vida y más que nada su camino para conseguir poder y fortuna.


La única y verdadera ambición y el único ansiado objetivo de sus vidas.


Eso es la política. Eso son los políticos.

Carlos Machado


Publicado el el periódico "Tribuna de Periodistas", Buenos Aires.




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