jueves, 1 de noviembre de 2007

30 años de Democracia, Reflexiones pos-electorales

Carta a mis comprovincianos

Son las 24 horas del 30 de octubre de 2007 y los argentinos cumplimos 24 años de elecciones democráticas. El 28 gastamos la duodécima oportunidad de decidir nuestro futuro y votamos lo que había. La mayoría decidió que al igual que en las monarquías del siglo 19 la reina sucediera al rey. Y, que sus señores feudales gobiernen cada comarca, condado como quiera que se les llame a nuestras provincias, salvo excepciones.

Escribo desde un departamento de Resistencia donde estoy trabajando y en estos términos porque soy de una provincia que desde siempre lucha por salir de la pobreza y la clase política convierte toda esperanza en arena movediza, cuanto mas se lucha mas se hunde el pueblo. Si esa entidad sin identidad precisa que por ahora acompaña con su voto a quienes los llevan inexorablemente a la miseria y al abandono.

Gildo Insfrán dice y ahora con razón, 157 mil votos refuerzan su teoría, que la gente está contenta en Formosa. Habrá que creerle, habrá que pensar que hay una inmensa mayoría de formoseños que piensa que esta bien que el señor feudal se enriquezca y que de paso ayude a sus amigos a acumular mas poder y riqueza.

Si, de nada sirvieron las denuncias de corrupción que hicieron algunos opositores a su famoso y ratificado “modelo”. Tampoco sirvió de mucho que otro de sus supuestos contreras decidiera hacer una campaña a pura sonrisa o que otros acompañaran el reclamo de voto con dignidad que hacía la rubia candidata que salió segunda en la elección nacional.

Seguramente a esta hora habrá decenas de formoseños esperando un turno de atención médica en los hospitales y salitas, y otros estarán buscando en la basura de los nuevos ricos alguna oportunidad de conseguir centavos con la recolección de cartón y botellas de plástico y vidrio.

Seguramente alguna jovencita, mas niña que adolescente, aguarda con impaciencia e incertidumbre su turno de parto sobre algún plástico de comida para perros y así llevar a su bebé a una sala de neonatología; que solo tiene una enfermera, o dos, para atender a 18 chicos.

Es mas que seguro que los miles de niños, que viven en los asentamientos de casas precarias, estén rezando para que la tormenta, presagiada por el ominoso calor que se abate sobre nosotros, no suceda porque nuevamente se quedarán sin sombra sobre sus cabezas porque las chapas de cartón negras que eran para ellos están guardadas en la casa de algún diputado oficialista.

Pero no toda la culpa del resultado de las elecciones es de la gente o del oficialismo. También hay culpa para dirigentes de una oposición que solo saben mirar su propio ombligo y que pese a sufrir derrota tras derrota, y cada vez mas grande, no se bajan del caballo.
De nada sirve que se acusen unos a otros que la culpa fue del otro. Todos los que pensamos diferente al gobierno tenemos responsabilidad en estos resultados. Si, nosotros los que decimos que no comulgamos con el modelo de Gildo Insfrán también somos responsables.

Nosotros los pomposamente autodenominados “comunicadores” que no nos animamos a “comunicar” las cosas malas de este gobierno, nosotros los dirigentes gremiales que no sabemos explicarles a nuestros afiliados que si seguimos así, vamos a terminar aceptando que los hijos del poder ejerzan todo tipo abusos similares a los que sufrió un honrado oficial de policía en Laguna Blanca, por el único pecado de haberse cruzado con un sujeto poderoso.

Tampoco vale la justificación que nos obliga a decir que hicimos lo que pudimos. Mentira no hicimos lo suficiente.

Sé que estamos cansados de sufrir persecuciones, postergaciones, de sacarles a los nuestros para aportar a esa militancia, de tener que dejar los lugares que amamos para buscar otros horizontes.

Sé que estamos hartos de la indolencia de gran parte de nuestra sociedad que nos mira con simpatía cuando nos expresamos en contra del gobierno y como se ve en las huelgas, en las marchas de protesta y en las urnas no nos acompaña.

Pero no todo está perdido, pese a la derrota electoral aplastante debemos pensar que nos queda lo único que no nos pueden quitar: la dignidad de creer que la solidaridad y la lucha son el camino del cambio.

Es responsabilidad nuestra trabajar para que nuestros políticos opositores dejen de pelear por mendrugos de poder que les dan tres miserables bancas en la Legislatura o un lugar en el concejo capitalino y que dejen de negociar por debajo de la mesa un ñoqui mas o una categoría 1 menos, como lo hacen cuando llegan a esa banca que les garantiza un buen pasar solo a ellos y sus familiares.

Esta carta va dirigida a todos los formoseños de buena voluntad que no creen que en Formosa está todo bien. Para vos militante peronista que jugaste entero por el cambio. Para vos político opositor amigo que te sentís derrotado por que no llegaste al piso, para vos dirigente radical que celebras que tu correliginaria quedó afuera, pero especialmente para vos dirigente sindical docente en lucha que se que a estas horas estarás pensando seriamente en tirar la toalla, o para vos doctor del hospital y de la sala que cree que la suela de los zapatos se hicieron para ser gastadas y para vos amigo que siempre estas ahí cuando uno siente que sus fuerzas desfallecen y porque creo firmemente como dice Charly García en Inconsciente Colectivo que “Te pueden corromper, te puedes olvidar, pero la libertad siempre está".

Con afecto para todos, Rubén Orlando Giménez desde Resistencia.

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