viernes, 22 de agosto de 2008

Formosa, la prensa y la verdad

"El precio del silencio" en Formosa
por David Espinoza
Corresponsal en Formosa
del diario ABC Color

Un reciente informe de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) y la Iniciativa Pro Justicia de la Sociedad Abierta de Nueva Cork, denominado "El precio del silencio. Abuso de publicidad oficial y otras formas de censura indirecta en América Latina", da cuenta sobre la relación entre la publicidad oficial y los medios de comunicación, en base a las realidades de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras, Perú y Uruguay.

Por supuesto, Formosa no es la excepción. Pese a no existir mayores restricciones a la libertad de prensa, ni mecanismos de regulación oficial que limiten el ejercicio formal del periodismo a través de una ley de prensa, salvo la falta de libre acceso a determinada información oficial, la prensa independiente en Formosa no existe. La autorregulación de los medios locales a través de un modelo de prensa obsecuente, confirma la falta de compromiso social y sometimiento de éstos a un sistema de gobierno clientilista, que mediante jugosos contratos de publicidad oficial y groseros nombramientos en reparticiones del Estado provincial, consigue silenciar a quienes tienen la responsabilidad diaria de informar con veracidad y objetividad.

Es así como el silencio, la falta a la verdad, la desinformación y la cultura de la obsecuencia, tan vertebrada en los medios formoseños, han terminado por figurar los principios y preceptos más esenciales que hacen a la comunicación social y ha dejado planteada una pérdida sistemática de la credibilidad informativa en la opinión pública, haciéndola destinataria de una realidad prefabricada, lo que denota una profunda falta de ética en la relación que debe establecerse entre la información y los hechos.

Alguna vez he oído decir que en la ecología del poder, el periodismo debe preservarse de toda contaminación política. En este sentido, si el ejercicio tanto del periodismo como del poder ha hecho posible en Formosa una sospechosa connivencia, difícilmente la prensa local será el factor más confiable de regulación del poder. Es evidente, que la mayor parte de los medios formoseños han terminado por acomodarse a las presiones ejercidas por el poder político local en beneficio de una supervivencia conjunta, contribuyendo, de esta forma, a una degradación sistemática de la institucionalidad.

Debemos convenir que la venta de notas mediante coberturas favorables y el ocultamiento de la verdad a través de silencios pagos en la que incurren tanto medios como periodistas en Formosa, refleja una clara e inequívoca forma de corrupción.

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