domingo, 6 de julio de 2008

Los riesgos de la difícil profesión médica


informe especial:
uno de cada tres médicos adictos es anestesista;
Una especialidad que escasea

La cara oculta de una profesión de alto estrés
Por Mauro Federico















Un estudio revela la alta vulnerabilidad a las drogas de estos especialistas. Y autoridades sanitarias del gobierno porteño y del Ministerio de Salud bonaerense aseguran que el déficit es crítico. Los motivos.

Pocos profesionales, exceso de trabajo, problemas de adicciones que superan la media de otros especialistas. El mundo de los anestesistas argentinos tiene una cara desconocida para la mayor parte de los pacientes que tiene que ponerse en sus manos.
“El déficit es crítico en todo el país y afecta tanto al sector público como al privado”, dijo el viceministro de Salud porteño Miguel Angel Schiavone.
Y coincidió Reynaldo Reimondi, director provincial de Capacitación del Ministerio de Salud bonaerense: confirmó que sólo existen 100 anestesistas de planta para los 77 hospitales de la provincia de Buenos Aires.
El caso del falso anestesista Luis Romero Hiriart -detenido por la muerte de Eliana Romero, a quien habría intervenido alcoholizado y con psicofármacos en sangre- puso de manifiesto otro grave problema que afecta a los profesionales de la anestesia. “Tenemos la tasa de adicción más alta de todos los médicos”, aseguró Alberto Torrieri, ex director de la carrera de especialista en anestesiología de la Facultad de Medicina de la UBA.
Según estudios de la Confederación Latinoamericana de Anestesia, uno de cada tres profesionales con problemas de adicción es anestesiólogo.
Carencia.
Al explicar cómo cubren la carencia de especialistas en la provincia de Buenos Aires, Reimondi señaló: “Hay 100 anestesistas de planta para 77 hospitales. Los demás se contratan a través de un convenio con la Asociación de Anestesia, que encarece la prestación, pero mejora la calidad”. El director provincial de Capacitación del Ministerio de Salud bonaerense agregó: “A los anestesistas no les conviene la relación de dependencia porque cobran mucho menos que a través del contrato con la entidad gremial”.
Por su parte, el viceministro porteño Schiavone afirmó que “cuando convocamos a concurso para cubrir cargos hospitalarios en anestesiología, los especialistas no se presentan”. Y agregó: “Este año aumentamos a cincuenta el número de residentes en la especialidad para lograr en el futuro una mayor cantidad de profesionales de esta especialidad”.
En la Asociación de Anestesia relativizan la escasez. “Existen más de 1.700 en Capital Federal y Gran Buenos Aires”, dijo su titular, Claudio Tartaglia Pulcini. El problema es económico: la mayoría opta por las “contrataciones a través de la entidad que nuclea a los anestesistas porque les conviene mucho más que concursar el cargo”, dijeron fuentes oficiales. “Con sólo tres operaciones mensuales, ya superan el salario de un médico que trabaja cinco días a la semana en relación de dependencia”, dijo un cardiocirujano marplatense.
Un informe de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires alertó sobre el faltante de especialistas. “Hace algunos años se cerró la residencia de anestesiología pediátrica por decisión de la Asociación de Anestesia, entidad gremial que controla la formación de estos especialistas”, detalla el documento. “Nosotros realizamos una tarea de colaboración con la Facultad de Medicina en la capacitación de los anestesiólogos, aportando conocimientos teóricos al trabajo que realizan las residencias, pero no somos los responsables”, se defiendió Tartaglia Pulcini. Según datos de la entidad, existen 3.500 anestesiólogos en todo el país, la mitad de los cuales trabajan en la Capital Federal y Gran Buenos Aires.

Adicción.
“Tenemos un número preocupante de colegas adictos a psicofármacos y sustancias derivadas del opio”, advirtió Torrieri, en diálogo con Crítica de la Argentina.
“Los anestesiólogos tienen un alto estrés laboral, gran presión profesional y una cantidad ilimitada de drogas psicoactivas a mano, lo que los convierte en personas con mayor vulnerabilidad a las adicciones”, detalló el especialista. Y afirmó: “La mejor manera de ayudar a un colega adicto es sacarlo del quirófano y evitar la conspiración del silencio, sin denunciarlo”.
Según un trabajo de la Confederación Latinoamericana de Anestesiología, “el 33 por ciento de los médicos tratados por adicciones son anestesistas”.
Muerto por sobredosis
Alberto Obregón era anestesiólogo y cubría las guardias de los fines de semana en el hospital de General Rodríguez. El 7 de diciembre lo encontraron muerto en un baño con una jeringa clavada en su pierna. Según sus compañeros, Obregón era adicto a la cocaína. Según Gustavo Calabrese, coordinador de la Comisión de Riesgos de la Confederación Latinoamericana de Anestesiología, “la muerte relacionada con las drogas es el riesgo más significativo de mortalidad ocupacional del anestesiólogo en la actualidad”.

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