Diario "La Nación", Domingo 21/10/2007
Encuesta a 30.100 profesionales de la salud
El grupo de 20 a 49 años es el más vulnerable a insultos y golpes
El ulular de la sirena anuncia la entrada de la ambulancia en la guardia médica con un joven accidentado de gravedad. Médicos y enfermeros están en alerta máxima, sus corazones laten con fuerza ante el desafío de salvar esa vida. Los quejidos del paciente, la desesperación de la familia y la necesidad de paliar tanto dolor son una escena que se repite a diario. Pero, en ocasiones, algo agrava aún más el cuadro: la agresión al especialista a poco de decir, por ejemplo, "no se puede hacer el estudio porque el equipo del hospital no funciona "
Una encuesta procesada por el equipo del Servicio de Epidemiología del Hospital Italiano revela que el 54,6% de los médicos dice haber sido víctima de algún tipo de agresión en el ejercicio de su profesión. "Los médicos están frecuentemente expuestos a violencia verbal o física de pacientes o familiares. Nuestros hallazgos coinciden con los registrados en otros países del mundo", señalan los autores de una investigación que reunió las respuestas de 30.100 profesionales de la salud consultados a través del sitio Intramed, de Internet.
Los resultados se presentarán en noviembre próximo durante el XVI Congreso Nacional de Medicina, de la Sociedad Argentina de Medicina. El 74,2% de los especialistas consultados eran argentinos; el resto se repartía entre otros países latinoamericanos como México, Perú, Uruguay y Colombia. "Como en otros estudios realizados en el mundo, la especialidad con mayor exposición a la violencia es Emergencias", destaca el doctor Daniel Flichtentrei, que realizó el trabajo junto con Ariel Melamud, Daniel Luna, María Prats y Florencia Braga.
"Las emergencias -agrega- son situaciones que provocan mucho estrés. Ante la mínima incomprensión aparece la violencia. Por otro lado, la primera cara visible ante las carencias, las demoras y la falta de recursos de diagnóstico es el médico, aunque no tenga la responsabilidad, pero es sobre quien se descarga la agresión."
Detalles de la violencia
De las consultas violentas, el 52,6% fueron amenazas o insultos verbales (23% de parte de los pacientes y 29,4% de los familiares). En tanto, el 2,2% de agresiones físicas también se repartió entre pacientes (1,3%) y sus allegados (0,9%).
"La agresividad de los familiares es más frecuentes cuando el paciente es un niño", indica Flichtentrei. La guardia hospitalaria acaparó el mayor número de consultas violentas, pero la lista de especialidades que presentaron problemas es larga.
Clínica médica, pediatría y cirugía general, entre otras, no escaparon a los conflictos. Y al analizar si el profesional agredido era varón o mujer, el estudio demostró que ambos por igual eran objeto de violencia. No así en cuanto a la edad: los médicos de entre 30 y 49 años eran los más afectados. Aunque pudo existir un sesgo relacionado con el recuerdo entre los médicos de mayor edad, según advierte el estudio, los autores estiman "probable que la valoración social del médico y el tipo de relación con el paciente hiciese menos frecuente la agresión hacia quienes ejercían la medicina en el pasado no muy lejano".
Ahora, ¿cuál es la razón para aquella consulta que hace apenas unas décadas se realizaba en un clima de respeto pueda hoy registrar insultos o golpes de puño? "Lo que estamos viendo en la medicina es una muestra de lo que pasa en distintos ámbitos -responde Flichtentrei-. Basta observar los colegios y la violencia que se registra. Esto es un tema mundial." Y subraya que eso tiene que ver con una tendencia social. "Es conocido que cuando el lenguaje se deteriora y el diálogo desaparece, la instancia de la violencia es el próximo paso. Cuanto menos comunicación hay entre las personas, más violencia existe." Estas situaciones de tensión afectan la salud de los médicos e influye en la calidad de la atención. "Deteriora el vínculo entre el médico y el paciente, que es la herramienta más trascendente del acto médico -precisa el cardiólogo-.
Si se quiebra, se pone en riesgo la eficacia de la asistencia sanitaria. Lo que conspira para la comunicación, la relación emocional y de transferencia entre médico y paciente, conspira contra la salud." Pero, ¿el médico está preparado para estas situaciones de agresión? "En realidad, no sé si alguien está preparado para la violencia. Pero para lo que no está preparado y, a lo mejor, una carencia de la formación médica que debería tenerse en cuenta es la formación en comunicación -opina Flichtentrei-.
Así como la tecnología es una herramienta imprescindible en la atención médica, la palabra no lo es menos. La medicina es un encuentro entre dos personas mediado por la palabra, que es el recurso de diagnóstico más exquisito que se ha inventado jamás."
Por Cecilia Draghi
Para LA NACION
Los testimonios
I. T. "Soy médica de ambulancia pública y me gusta mi trabajo, pero... La gente te exige, te insulta y te maltrata. Vamos a todos lados con apoyo policial de día y de noche. Ya no sé si somos parte del personal policial. Vivimos atendiendo accidentes de gente alcoholizada, baleada y apuñalada."
S. D. "Trabajo en un centro de salud urbano marginal desde hace cinco años. Una vez, una paciente manoteó mi maletín y me lo arrojó cerca de mi cara. A otros colegas, hombres y mujeres, les han intentado pegar, les han arrojado objetos, como sillas o les han dañado el auto estacionado."
M. G. "He sido agredido verbalmente en múltiples oportunidades por no otorgar un certificado médico, por no realizar recetas de psicofármacos (por tratamientos prolongados) o por no ceder a los pedidos de pacientes de otros médicos, como «Retíreme los puntos» o «Sáqueme el yeso»."
T. R. "Soy pediatra y ejerzo en Mar del Plata. Vivo a diario la actitud agresiva de los padres de los pacientes, ya sea en el ámbito público o en el privado. Los padres quieren soluciones mágicas... Pero lo peor es que [los médicos] no tenemos ningún tipo de defensa legal o personal."
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